11 septiembre 2019

Riomalo de Arriba, Las Hurdes (Cáceres)



               En lo más alto del valle, allí donde el Río Malo empieza a formarse y desde el mirador de Las Carrascas, una alquería destaca entre los verdes pinos. Es Riomalo de Arriba, bella, silenciosa, austera y siempre dispuesta a recibir y decir adiós al caminante con su mejor cara.



          Poco a poco, descendemos hasta el valle y nos adentramos en sus calles,nos paramos. Un tejado de lanchas, una puerta con cercos de madera, una casa en ruinas, una higuera que ensombrece la esquina. Te vas dando cuenta que la historia se ha detenido, ha dejado de sumar anécdotas. Silencio.



          Y entonces es el caminante quien se hace preguntas ..... sin respuestas, sin una voz que le interpele y se empeñe en buscar un simple argumento para tanta desidia. La historia nos mata, nos abandona y nos arrincona en lo más profundo del valle. Sin futuro, con pasado oscuro y con presente incierto .... donde vamos ???. Sí ..... al abismo o acaso no estamos ya en él ??.



          Riomalo de Arriba !!!!, que te han hecho ?. Dónde está el bullicio de las cabras al amanecer, dónde los saludos mañaneros del labrador inquieto, dónde se han metido los alegres muchachos jugando tras la esquina ?. Dónde, dónde ?? .Y sin embargo, tus muros piden calma, o justicia o simplemente recuerdo, un saludo, una palabra amable y mil gritos de alegría !!!.



          Pronto las luces del día se van marchando hacia la sierra, te dejan en la oscuridad de los años y sí, vuelven los fantasmas de la noche. Tus calles oscuras .... pero silencio, más silencio y el eco de los pasos del caminante entre los muros de pizarra. Ese caminante que siente la paz en tu cuerpo de alquería amable, que teme perturbar el canto de las aves y de los grillos, la suave canción del arroyo que empapa tus pies.



          Y te vas, te vas yendo río abajo, siempre silencioso, mirada atrás. Estoy aquí, esperando   un nuevo día, clamando al caminante su vuelta, su regreso a las calles. Nunca su huida porque no se huye donde todo es remanso de paz, donde las calles te abrazan, donde el tiempo dejó un espacio para ti.



          Y ahora, tras una negra noche de silencios, de sueños y pesadillas, tu penumbra vuelve a mis ojos. Sí, regresa de repente y te abraza, te vuelve a abrazar. Quiere que te quedes y te quedas. Poco a poco vuelve el run run del despertar, los pájaros con su canto, sus golondrinas regresando una y otra vez a sus nidos, y los gatos, esos tristes gatos juguetones que ya no cazan ratones .....



          Otra vez el saludo en la esquina, los buenos días y los hasta luegos de un anciano con el zacho al hombro y un borriquillo que le sigue. Todo vuelve a la normalidad, todo calma, todo silencio. Las calles, los huertos, el arroyo y ahora el río, todos van siguiendo tus pasos pero te vas yendo lentamente, alejándote ..... adiós !!!. Volveré.




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