27 junio 2018

El Gasco. Las Hurdes (Cáceres)




El Gasco, Las Hurdes.-  Arquitectura tradicional 1928 y 2015. 

       Allá por el 1977 hice mi primera visita a esta alquería situada en el valle del río Malvellido, un niño que cursaba la EGB en Nuñomoral interno del Hogar Escolar de Auxilio Social Francisco Franco .... vaya tiempos !!. Con los ojos muy abiertos, nervioso y deseoso de ver nuevas tierras salimos río arriba en busca del famoso Chorro de la Meancera o Miacera, como queráis.


El Gasco, Las Hurdes.-  Panorámica año 1928. Ruth M Anderson

       Entre caminos pedregosos, pinos y brezos fuimos dejando atrás al Cerezal, Martilandrán y La Fragosa para llegar a un lugar donde el agua caía bruscamente entre las pizarras. Todavía pudimos ver las viejas casas de piedra con tejado de lanchas ... como en mi pueblo. La  gente nos miraba entre alegre y asombrada mientras saludaban y abrazaban a aquellos compañeros que eran nativos de allí y que aún recuerdo sus nombres pero no los reconocería en la actualidad.


El Gasco, Las Hurdes. Viviendas de piedra. Rut M Anderson 1928

       Y poco más puedo recordar de aquello salvo los bancales asomados al río, las cabras y algún agricultor que se cruzó con nosotros a lomos de aquellos dóciles y serviciales borriquillos que tanto han dado a nuestra tierra y a los hurdanos. No se me olvidará nunca la imagen del día de vacaciones que la explanada del Hogar se llenaba de padres con su burro a mano dispuestos a llevarse a sus hijos y sus maletas para su casa .... Asegur, Casares, La Huetre, Riomalo de Arriba, Carabusino ... y sobre todo al Gasco porque uno de mis amigos era usuario de ese modo transporte.


El Gasco, Las Hurdes.- Paisaje del río Malvellido

           Hoy, en 2015 el sol de la primavera nos da la bienvenida. La serpenteante carretera que tomamos en Vegas de Coria nos deja en la explanada de El Gasco habiendo dejado atrás El Rubiaco, Nuñomoral, Cerezal, La Fragosa y Martilandrán. A excepción de las poblaciones, todo sigue casi igual. El rudo paisaje pizarroso con sus arroyos, meandros, bancales y caminos se presentan ante nosotros como un productivo territorio donde el aparcar es un problema pero menos.
 

El Gasco, Las Hurdes.- Vista del pueblo desde el camino del Chorro de la Meancera

        Las primeras casas se deslizan ladera abajo hasta el río como los años pasan en el calendario. Las calles, las casas y las cancheras fijan su mirada en nosotros al tiempo que el saludo de sus pobladores y visitantes se hace ineludible. Nunca faltará un hola, un muy buenas o un adiós acompañado de una sonrisa y un gesto amable. Todo recuerdo se hace realidad y nuestras retinas son testigos de ello.


El Gasco, Las Hurdes.- Camino del Chorro de la Meancera
   
   Al mismo tiempo que abandonamos las casas en busca del Malvellido no dejamos de sorprendernos con sus huertos al lado del camino, sus aguas y sus cerezos. El croar de las ranas y el vuelo impoluto de las libélulas se mezcla con  el canto de los pajarillos y el bello caos alado de las mariposas. Naturaleza en estado casi puro  seguimos compartiendo una vez tomado el camino hacia el Chorro de la Meancera. Y así, poco a poco nos adentramos en un paisaje que iremos disfrutando al son de nuestra respiración.


El Gasco, Las Hurdes.- Camino del Arroyo del  Chorro de la Miacera. Junio 2015

      El camino se hace duro por el calor, hoy ya más suave y cómodo por la senda marcada, pero entre lamento y sofoco, el descanso nos sigue ofreciendo una fauna y flora que a alguien como yo le hace olvidar todo lo demás. Buitres, culebras, ranas, lagartijas, escribanos, lavanderas, brezos, chaguarzos, cantuesos, clavelinas, abejas, abejorros, tábanos,...... todo forma parte del paisaje y del disfrute del caminante.  Entre un para y sigue, entre un trago de agua y un suspiro vamos llegando al final de nuestro destino que se adivina ahí al lado tras el próximo recodo del camino. Y por fín llegamos .... después de 20 minutos interminables que han durado más de 45.


El Gasco, Las Hurdes.- Chorro de la Miacera. Junio 2015

      Y ahora, desde este remanso de tranquilidad, el tiempo pasa lentamente. El murmullo del agua del arroyo se mezcla con el suave estruendo de la cascada cuando choca contra el suelo provocando sensaciones contradictorias pero que engrandecen el lugar. Sus pizarras mojadas y su verde escondido entre las grietas le dan vida, esa vida que ha permanecido  año tras año deleitando los sentidos de quien por allí se acerca. Desde el principio, una rana patilarga es nuestra compañera y como si del final de un cuento se tratara, después de observarnos un buen rato de un salto se pierde entre las piedras a modo de despedida. Regresamos, deshacemos el camino y volvemos de nuevo al río y a las calles.


El Gasco, Las Hurdes (CC), Extremadura


           Y ahora buscamos las solitarias calles rodeadas de piedras y paredes pizarrosas, las calles estrechas, las cuestas y los recodos con antiguas puertas de madera, el suelo ennegrecido por el continuo trotar de las cabras y algún que otro olor que nos sitúa frente a su establo. Y tras esas puertas nunca falta un ruido y una mirada.


El Gasco, Las Hurdes (CC), Extremadura


          Encontramos la soledad de los tiempos, añoramos el bullicio de años pasados y el ir y venir del hurdano en su quehacer cotidiano. El viejo curtido por los años, la arruga a modo de surco que rompe el rostro de la experiencia y el trabajo, el triste recuerdo de tantos y tantos viajeros que han sido testigos de como una leyenda se fue esfumando lentamente hasta convertirse en un mal sueño. Sí, lo buscamos y en cada esquina lo encontramos.


El Gasco, Las Hurdes (CC), Extremadura


       Con sólo una mirada y una pausa, ante nosotros pasan lentamente todos aquellos que retrataron las gentes y hablaron de esta tierra .... Belmonte, Gombau, Unamuno, Legendre, Doctor Marañón, Alfonso XIII, Ruth M. Anderson, Buñuel, Chamorro, Leandro de la Vega, Catani ..... y así un sin fin de viajeros que dejaron constancia visual y escrita, positiva y negativa, objetiva e inventada, pero siempre aleccionadora de una tierra que no deja indiferente a nadie.


El Gasco, Las Hurdes (CC), Extremadura


        Me paro, miro hacia arriba y no dudo un momento en sentarme en una de esas calles para dejar pasar el tiempo. El sol se cuela entre las viejas casas, el verdín de los rincones y las hierbas de sus orillas me recuerdan que ya es hora de comer. Me detengo una vez más porque cada rincón te manda recuerdos y te invita a charlar contigo mismo pero el camino de vuelta lo marca la calle empedrada que nos aleja hacia las cumbres de nuevos tiempos. Esa es otra historia !!!.


El Gasco, Las Hurdes (CC), Extremadura


    Y así, como siempre nos vamos despidiendo de los bellos paisajes, de sus arroyos y sus huertos siempre verdes. A lo lejos nos imaginamos al famoso volcán dormido entre los brezos y las jaras, a las cabras apurando el último bocado, a los antiguos campesinos retocando la sementija y a las ancianas jurdanas sentadas en el poyete de la puerta.


El Gasco, Las Hurdes (CC), Extremadura. Paisaje jurdano


       El viajero arranca su vehículo y toma la carretera para alejarse de la alquería tras las curvas. Hoy no hay humo en las chimeneas ni polvo en la carretera lo que invita a parar de nuevo y hacer una última foto a esos meandros puramente locales que han salido de la invención y la necesidad de las aguas que lamen lentamente sus orillas emparedadas.
      Y ahora sí .... retomamos el camino de vuelta con la sana intención de regresar.
      El río Malvellido y su valle nos desea un buen viaje.
      Gracias !!!!


El Gasco, Las Hurdes (CC), Extremadura. Meandros del río Malvellido

  ENLACES DE INTERÉS:

El Gasco.- Mancomunidad de Las Hurdes.


GALERÍA DE IMÁGENES




El Gasco, Las Hurdes (CC), Extremadura





El Gasco, Las Hurdes (CC), Extremadura





El Gasco, Las Hurdes (CC), Extremadura





El Gasco, Las Hurdes (CC), Extremadura





El Gasco, Las Hurdes (CC), Extremadura. Río Malvellido





El Gasco, Las Hurdes (CC), Extremadura



El Gasco, Las Hurdes (CC), Extremadura


Fotos en color y texto: Francis Martín Martín-Mestas
Fotos en blanco y negro: Ruth M. Anderson en 1928

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