25 octubre 2018

El Cabezo ... recuerdos de juventud




El Cabezo, Las Hurdes (Cáceres)

     Y si alguna vez me acuerdo ..... volveré a subir por aquellas sierras empedradas, aquellos montes de ensueño y arroyos que se precipitan sin sentido hacia un vacío tumultuoso. Sin más, volveré a tomar la senda serpenteante que me lleva a El Cabezo.


El Cabezo, Las Hurdes (Cáceres)

     Una vez allí, sin prisas, recorreré sus calles deteniéndome en cada esquina recordando como el paso de los años nos hace mayores pero el recuerdo de la juventud se perpetúa en el alma. El ruido del verano llega a mis oídos y no me deja pensar, me inmoviliza bajo la sombra de la higuera y se apodera de mí un deseo de reencontrarme con antiguos amigos.


El Cabezo, Las Hurdes (Cáceres)
 
     Poco a poco el sol va acariciando los tejados, como pidiendo permiso y disculpas, se va alejando entre paredes de piedra y tejados enlanchados. Sombras que se harán noche, rincones donde los sueños pasarán de largo despertando a los grillos y como siempre, ignorarán los deseos del caminante.


El Cabezo, Las Hurdes (Cáceres)

      Hoy volvemos a esa tierra quebrada por la mano del hombre, inventada por sus músculos y perdida entre las arrugas del anciano, ese anciano que permanece sentado aún en el poyete de la puerta de su casa esperando una palabra, un saludo .... un abrazo y una historia para contarla bajo la tenue luz de las velas. Hoy quiero volver a mi infancia no para recordar sino para vivir con más fuerza.


El Cabezo, Las Hurdes (Cáceres)

     Siempre habrá testigos ..... siempre habrá un ladrido y un maullido, un hola y un adiós, un entra en casa y un lejano recordatorio. Habrá risas para todos, habrá un bocado que calme el hambre de la amabilidad, habrá un trago que quite la sed de agradar, habrá una mano en el hombro que te sustente, habrá siempre un gesto amable y todo ello porque siempre hay vida en las miradas.


El Cabezo, Las Hurdes (Cáceres)


          Vamos subiendo y bajando callejuelas, nos vamos perdiendo entre los rincones para reencontrarnos en cada esquina. Cada sombra, cada fuente y cada casa nos invita a recorrer con la mirada ese cielo azul lleno de vencejos que con sus chillidos nos anuncian que la penumbra se acerca.


El Cabezo, Las Hurdes (Cáceres)


           Y así, como siempre, el caminante va dejando atrás los viejos recuerdos, la buena gente, la algarabía de los niños corriendo  y también los saludos de despedida. Los deja atrás porque sabe que cada minuto, cada segundo, es una oportunidad para seguir disfrutando de esta tierra y de sus gentes.

Puente del Cid .... sobre el arroyo de su mismo nombre.

     Y caminando, la oportunidad de disfrutar de la soledad y belleza de los valles no se desperdicia. Un puente, un arroyo y mil recuerdos que arrastra la corriente entre jaras, brezos y sauces. Es como la visión de un viejo castillo abandonado en mitad del monte junto al río Malo.


El Cabezo. Puente del Cid, a mitad de camino hacia Las Mestas.

..... es como si realmente el Campeador y su Babieca siguieran trotando por esos mundos de gloria, como si la historia quisiera detenerse un instante para ver como el sol asoma entre las nubes al tiempo que una sombra se desplaza sobre la niebla. Y ahora, todos somos testigos de la realidad, todos estamos aquí recordando, anhelando y disfrutando de ese tiempo que nos ha tocado vivir.



GALERÍA DE IMÁGENES


El Cabezo, Las Hurdes (CC). Panorámica desde el Risco Gordo


El Cabezo, Las Hurdes (CC). Panorámica entre valles

El Cabezo, Las Hurdes (CC) y valles jhurdanos



El Cabezo, Las Hurdes (CC). Puente sobre el río Malo junto a su piscina natural.


1 comentario:

  1. Impresionantemente bellas!!
    Las tierras,las casas,los puentes...un gozo poder disfrutarlos.Gracias Francis👌

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